Digan las palabras “vamos a escribir una descripción” y escuchen la ola de suspiros. Los chicos con mucha imaginación seguro se divierten describiendo lugares imaginarios, por fin pueden llenar una hoja con todas esas imágenes que llevan en su cabeza. Pero para muchos escritores, describir un lugar puede ser todo un dolor de cabeza.
¡Espero que estas ideas los ayuden!
Vamos a empezar:
Primero, piensen en qué tipo de historia quien escribir. ¿Es una historia realista? ¿De ciencia ficción? ¿Está llena de acción y aventuras? Cuando tengan la respuesta a esta pregunta ya van a poder empezar a imaginar mejor el marco de la historia.
Ahora que sabemos qué clase de historia vamos a escribir, pensemos en los personajes brevemente. Si ya sabemos quiénes van a ser los personajes, va a ser más fácil imaginarlos en algún lugar preciso. ¿Decidiste quienes son los personajes y qué quieren en esta historia?
El próximo paso es ponernos en los zapatos de los personajes, de a uno por vez. Si el relato es autobiográfico (sobre algo que te pasó) puede resultarte más fácil, aunque muchos escritores se sueltan más a escribir cuanto más diferente de su realidad es el mundo donde transcurre la historia.
Cerrá los ojos. ¿Dónde está el personaje? Si estira los brazos, ¿qué puede tocar? ¿Ramas de árboles? ¿Un elefante? ¿Qué puede oler? ¿Es algo agradable y conocido? ¿O algo desagradable? ¿Cómo se siente el suelo debajo de sus pies? ¿Puede escuchar algún ruido? ¿Alguien hablando? ¿Cantando? ¿Está en un lugar muy silencioso? ¿Cómo está el clima? Tu personaje ¿está temblando de frío? ¿O se queja del sol y el calor?
Ahora, dejá que tu personaje abra los ojos. ¿Que puede ver a su alrededor?
No hace falta que le leas todo este párrafo a tus hijos, podés hacer tu propia versión adaptándola como mejor te parezca. La idea es que los chicos usen sus sentidos a la hora de escribir una historia, en especial cuando tienen que describir un lugar.
Sentarse + observar = escribir
Otro ejercicio más concreto incluye la formula sentarse + observar = escribir.
Proponele a los chicos que se sienten en algún sitio que les guste, puede ser un ambiente conocido, como su habitación o una plaza donde van siempre a jugar, o puede ser un lugar inusual, como una estación de tren, una biblioteca o el negocio de un amigo (¡no creo que en un negocio donde no conozcas al dueño te dejen sentarte a mirar y escribir media hora!). la próxima vez que salgan de paseo o vayan de viaje, lleven un cuaderno para poder sentarse y escribir. También pueden sentarse a dibujar ese espacio que van a describir.
Dejen que los chicos pasen tiempo mirando bien el lugar y empiecen a describir todo lo que ven en el orden que prefieran – del suelo al techo, del objeto más grande al más chico, de izquierda a derecha, de un color a otro.
El objetivo de este ejercicio es ayudar a los chicos a describir un lugar que pueden ver concretamente para poder practicar escribir oraciones con adjetivos interesantes y también utilizando los cinco sentidos. Después pueden pasar al ejercicio anterior usando su imaginación.
Si los chicos quieren describir un lugar adonde ustedes no pueden ir, como una ciudad en otro país, o algún paisaje en especial, pueden buscar fotos en internet o mostrarles fotos que tengan en casa.
Las descripciones pueden hacer que la historia cobre vida o pueden hacer que el lector se quede dormido. El marco de la historia es muy importante (es casi como otro personaje más), y el tiempo que pasamos desarrollando este aspecto de la historia puede hacer una gran diferencia.
Recuerden que más no es siempre mejor, así que no se preocupen si las descripciones de los chicos no tienen cientos de palabras, lo más importante es que estén escritas con un sentido (pueden ver mi post Cuántas Palabras).
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